
En Chubut está el segundo árbol más viejo del mundo: tiene 2.630 años
Se encuentra en el Parque Nacional Los Alerces, a poca distancia de Esquel. Miles de turistas de todo el mundo llegan cada año para conocerlo. En las tierras del actual Parque Nacional Los Alerces, situado en la provincia de Chubut, a poca distancia de la ciudad de Esquel, hace unos 2.630 años brotó el retoño de un árbol que aún se mantiene en pie, imponente. Se trata del Alerce Abuelo, el árbol más antiguo de la Argentina y el segundo en todo el mundo, una maravilla de la Patagonia argentina.

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Con una carrera ejemplar de casi medio siglo, el técnico agrometeorólogo José Olinuck se jubila del INTA Cerro Azul dejando para el sector productivo del NEA un trabajo estadístico invaluable sobre temperaturas, lluvias y otras condiciones metereológicas, además de la consolidación de una red de estaciones agrometeorológicas. Su labor silenciosa, meticulosa y constante permitió anticiparse al clima y mejorar las decisiones de miles de productores. Cuando en 1978 José Olinuk ingresó como técnico al INTA Cerro Azul para hacerse cargo del área de agrometeorología, seguramente no imaginaba que su trabajo marcaría a fuego el desarrollo de esta disciplina en la región. Hoy, a pocos días de su jubilación, repasa con emoción una vida entera dedicada a observar el clima, recolectar datos, emitir boletines y, sobre todo, ser fuente confiable de información para productores, investigadores, docentes y estudiantes.

Originario de Latinoamérica, la belleza de este árbol no radica ni en su altura, ni en su follaje: son sus flores de un color tan hermoso como indefinido las que hacen que sea el considerado el más lindo del mundo.

El mejoramiento genético de animales y plantas es un proceso tan silencioso como extenso. Sobre todo en el caso de los árboles, que pueden demorar décadas en expresar sus características y ralentizan la elección, un paso clave para obtener especies superadoras. Un estudio reciente de investigadores del INTA, Conicet, Embrapa (Brasil) y UPM-Forestal Oriental (Uruguay) propone un mecanismo para acelerarlo y hacerlo menos costoso.